Morí sin morir
y me abrazé al dolor
y lo dejé todo
por esta soledad.
Ya se hizo de noche
y ahora estoy aquí,
mi cuerpo se cae,
solo veo la cruz al amanecer.
Rezo...
rezo...
rezo...
rezo...
Y curé mis heridas
y me encendí de amor,
y quemé las cortinas
y me encendí de amor,
de amor sagrado.
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